Concepto y características.

La mediación es un procedimiento de resolución de conflictos. En él, dos partes que sostienen una determinada controversia deciden acudir a un tercero imparcial, el mediador, con vistas a llegar un acuerdo que pueda satisfacer a ambas.

Las características principales de esta clase de procedimiento podrían resumirse en las siguientes:

1. Es totalmente voluntaria: las partes deben aceptar desde el principio acudir a esta vía, sin que pueda existir ninguna imposición al respecto. Esta voluntariedad provoca también que cualquiera de las partes pueda en un momento dado desistir de ella, pues no hay obligación de alcanzar un acuerdo.
2. Tiene un carácter extrajudicial: no sigue los cauces de ningún proceso judicial ni requiere la presencia de un juez o tribunal para su resolución. Ahora bien, no supone en ningún caso renunciar al derecho de acudir a los tribunales, de modo que tal derecho continúa incólume en caso de que la mediación no sea exitosa.
3. Es un procedimiento creativo y cooperativo: se trata de buscar soluciones que satisfagan a ambas partes. Estas soluciones precisan de un acuerdo entre estas, por lo que no pueden ser impuestas, a diferencia de por ejemplo, el arbitraje. En este sentido, no da lugar a vencedores ni perdedores.
4. Es un procedimiento enteramente confidencial: queda protegido el mediador por el secreto profesional.
5. Debe ajustarse de manera indispensable a la imparcialidad: el mediador actúa con total equidistancia entre las partes, velando en todo momento por el equilibrio y la absoluta igualdad de oportunidades entre estas.

Tipos.

En función del ámbito donde tenga lugar esta clase de procedimiento, son varios los tipos existentes. Los más habituales serían:

1. Familiar. Su objetivo es la resolución de aquellos conflictos que tienen lugar dentro de un determinado núcleo familiar. Funciona como vía complementaria a los tradicionales procesos de separación, divorcio, guardia y custodia de menores, etcétera. También actúa en los llamados conflictos intergeneracionales, como los que tienen lugar entre hermanos en lo que concierne al cuidado de sus padres ancianos o dependientes, o entre padres e hijos adolescentes.
2. Laboral o empresarial. Es la que tiene como propósito la resolución de los conflictos que surgen dentro del ámbito laboral. Afectan a las relaciones entre trabajadores y empresarios o sus respectivos representantes.
3. Civil y mercantil. Tiene como finalidad básica resolver los conflictos que puedan surgir en las relaciones de un ámbito civil y mercantil. Puede ser entre personas físicas o jurídicas, buscando alcanzar una solución consensuada que evite acudir a los tribunales.
4. Comunitaria y vecinal. Se dirige a resolver aquellos conflictos que puedan perturbar la convivencia dentro de una comunidad de vecinos. Estos conflictos que suelen estar a la orden del día y abarcarían, entre otros, los derivados de obras comunitarias o privadas, desatención o uso indebido de espacios comunes, ruidos, malos olores, contratación de servicios externos y otros problemas de convivencia.
5. Escolar. Busca resolver los conflictos que puedan surgir entre docentes y alumnos y padres. Se establecerán cauces comunicativos adecuados con los que prevenir, abordar y solucionar esta clase de incidencias dentro de los centros de enseñanza.
6. Sanitaria. Su finalidad es dar salida a aquellos conflictos que puedan aparecer dentro del ámbito sanitario, ya sea entre los usuarios y los profesionales del sector o entre cualquiera de estos y las diferentes instituciones que operan en el mismo.